La esperanza del progreso movió a muchos herederos de la miseria a rebelarse, ante condiciones inhumanas en ciertas partes de España, como los jornaleros del sur, empobrecidos por caciques y terratenientes. Esto llevó a una sangrienta guerra, ante la ceguera general del «nosotros o ellos», una guerra, después de una espiral de violencia, que incorporó la mejora de la vida de los más pobres mediante la mecanización del campo y el éxodo rural, por los falangistas, para atenuar la miseria insostenible.
Recordemos y sigamos caminando con la mirada al frente sin ceder ante los inhumanos ignorantes e irresponsables que pretenden hacernos retroceder a estos años, compartamos nuestra riqueza y extendamos el bienestar al resto del mundo…
