La conquista del Mediterráneo

A partir del 509, Roma empieza a dibujarse como una gran potencia. De hecho será en ese mismo año cuando tenga lugar el primer tratado con Cartago. Pero hasta el 350 a. C. no habrá un salto, un cambio cualitativo.
¿Por qué a partir de ese momento Roma cambia su óptica? La lucha interna se calma en 366. La recién NOBILITAS hace que el tribuno se calme, y hayan buenas relaciones. Roma tendrá ahora las manos libres para iniciar una expansión. Con el nuevo grupo social, al introducirse elementos plebeyos, se verá la guerra como un factor fundamental de beneficios.

Evolución expansionista por la península itálica

La primera fase de la expansión romana es por Italia. Será una expansión sistemática, radiocéntrica, anexionándose a los vecinos. Primero será el LACIO (340), y posteriormente Campania, y también territorios cercanos a éstos, como los territorios de los Vulscos. A éstos territorios se les concederá la ciudadana romana, y sus territorios serán AGER PUBLICUS. Realmente, será una expansión que se realizará con cierta facilidad. Son vecinos tanto geográficamente como culturalmente, y por tanto, fáciles de asimilar. Se les concederá el estatuto de MUNICIPIA, perdiendo su autonomía a nivel de política exterior. Es un tipo de unidad que asegura la autonomía a nivel de gestión interna, conservando de esta forma leyes, tradiciones y costumbres.
La táctica principal consistirá en evitar cambiar o modificar los patrones cotidianos. La gente no notará la diferencia dada la actitud de respeto, y esperarán a que se romanice con el tiempo.
A la gente del Lacio se le da una ciudadanía plena, pero a la gente de la Campania una ciudadanía limitada. No podrán presentarse a las magistraturas o asambleas. No tendrán plenos derechos políticos, y carecerán del SUFRAGIUM (votar, participar activamente en la política).
La segunda fase será ir hacia la Italia central, región del SAMNIUM, y todos sus alrededores. Aquí se encuentra con inconvenientes, las GUERRAS SAMNITAS, sufriendo derrotas importantes. También supondrá la colisión de la civilización de Roma y la civilización de este conglomerado de pueblos de la Italia central, la ETNIA, que será una ciudad política y cultural que rige a estos pueblos y que integran un conglomerado de tribus. Dos maneras distintas de organizarse políticamente.

Finalmente, después de tres guerras, conquista la región, no sin haber superado la crisis de Aníbal de la segunda guerra púnica. A nivel jurídico, Roma actuará esta vez de manera distinta, debido a que se trata de pueblos que han impuesto resistencia y por tanto, son castigados. Mucha población será convertida en esclava y se impondrán indemnizaciones de guerra. Aquellos nativos que no caigan en el esclavismo, son obligados a establecer un tratado desigual, donde renuncian a su independencia y reconocen la hegemonía romana. Se convierten, de esta manera, en SOCIETATES, no concediéndoles la ciudadanía romana, y siendo aliados forzosos.
En el caso de aquellos pueblos que no interpusieron tanta resistencia como los samnitas, se les dará la ciudadanía limitada que no incluía el SUFRAGIUM, como es el caso de los sabinos.
Después del conflicto samnita, llegará el turno a ETRURIA. Los etruscos estaban en crisis y ello debido a que ayudaron a los samnitas en las guerras del mismo nombre. La resistencia será limitada y Roma los anexiona de manera parcial utilizando las SOCIETATES. Casi toda Italia estaba ya bajo yugo romano, sólo faltaba la Magna Grecia, es decir, el sur italiano. Las batallas que allí tendrán lugar se hacen llamar las guerras pírricas, en las que interviene el rey Pirro de Tarento (agredido). Los ejércitos serán detenidos en un primer momento, pero en el año 272 ganarán una vez más. Toda la zona será tratada también como SOCIETATES. El final del proceso de conquista termina en 175, anexionando el valle del Po, ocupado entonces por los galos, haciéndose de esta manera con lo que se conoce como la Galia Capadocia.
Con ello, como ya hemos ido indicando, termina la conquista de la península itálica. El valle del Po otorga a los romanos una gran cantidad de territorios fértiles, comenzando así a desarrollarse sistemas de organización del territorio más complejos, y que puedan llevar a los beneficios al máximo nivel. Empiezan a desarrollarse los CENTURIATO o LIMITATONES. Se intentará implantar en el territorio una auténtica cuadrícula.

Expansión extra itálica

  • Occidente

A pesar de que hayamos nombrado única y exclusivamente los distintos pueblos itálicos, lo cierto es que la expansión también incumbía a otros pueblos, y existieron ya fricciones con griegos y cartagineses, siendo muy importantes estos choques. El siglo III es cuando estalla la violencia entre Roma y la auténtica potencia comercial y política del momento, la única que podía hacerle frente, Cartago, heredera de los fenicios.
En el año 264 comenzará la primera guerra púnica que acaba en el 241. Su epicentro, punto de origen, es la isla de Sicilia, lugar en donde siempre habían colisionado los intereses de las dos grandes potencias. La guerra será decisiva para el expansionismo romano. Saldrá victoriosa y reforzada, suponiendo para los cartagineses la pérdida de las principales islas del mediterráneo, Sicilia, Córcega y Cerdeña. Roma establecerá allí las primeras PROVINCIAS, una nueva circunscripción militar. La primera y más antigua será la de Sicilia en 241 a. C, seguido de la de Córcega y Cerdaña (una misma provincia en ambas) en 238 a. C. Éstas estarán controladas por pretores. Cartago no obstante no se dará por vencida, y reaccionará para buscar nuevos territorios, recuperándose de los perdidos. Su objetivo: Hispania, la península ibérica. Roma actuará rápidamente y después de intentos frustrados de pacto nos encontramos con el tratado del Ebro de 227, que intentará poner límite a ese avance. La ruptura del tratado se veía venir, y vendrá de la mano de Aníbal, que pondrá en jaque a Roma, sufriendo como pocas veces veremos, pero que finalmente conseguirá imponerse eliminando definitivamente a Cartago y ocupando su lugar protagonista en el mediterráneo occidental. Roma, además, se instalará en Hispania, fundando provincias. En 197 fundará la de Tarraco y Córdoba, aunque la ocupación fue anterior, recordando a Escipión y el 218. Pero Cartago no había desaparecido y tuvo valor suficiente para enrolarse en otra guerra, la tercera guerra púnica (149-146). Esta guerra supondrá la desaparición, esta vez sí, de la misma capital. A partir de ese momento, Roma radicaliza su intervención sobre los territorios que controla. Controlando occidente, los romanos ya pueden mirar para otra dirección: Oriente.

  • Oriente

En Macedonia se librarán tres guerras, que finalizarán en 167 con la victoria romana de PIDNA sobre el último rey macedónico Perseo. La victoria otorgará a Roma el control de reino, acabando con la monarquía macedónica. Primero se establecerá un protectorado pero al producirse una revuelta macedónica, se buscará convertirla en provincia en 146.
La conquista griega empezará en el 133, e irá apoderándose de nuevos territorios y las provincias irán en aumento (Siria, Capadocia…) Del caso griego destacar el elemento del helenismo. En muchas ocasiones el elemento helénico vencía, y en las colonias de las nuevas provincias orientales se incorporan cargos propios de las poleis griegas. Los decretos se publicarán también en griego y latín. Un poco los primeros y muy lejanos primeros vestigios de lo que sería esa división de Roma entre occidente y oriente.

Organización territorial

El valle del Po, que comentábamos anteriormente, es una región en donde las comunidades son muy esporádicas, y en donde no hay centros urbanos. Para administrarlo, los romanos crean la PRAEFACTURA, una gran circunscripción en la que un PRAEFECTUS (magistrado judicial, magistratura subalterna, secretario del pretor de Roma) ejercerá la justicia en todo el territorio de manera itinerante. Para establecer puntos de control, Roma se hace con la fundación de toda una serie de colonias, buscando un lugar estratégico para reforzar su control. La aversión que tienen los romanos contra los galos hacía fundamental la protección de esa frontera septentrional.
Hay dos tipos de colonias, que tienen como función vigilar, defender:

  • Colonias romanas, que son guarniciones militares, en las que viven 300 ciudadanos romanos con sus tierras.
  • Colonias latinas, que tienen funciones más amplias pero destacando la militar. Estas están formados por entre 2000 y 6000 habitantes que tendrán su territorio. Funcionará además como colonia de poblamiento, como válvula de escapa para determinados problemas sociales.

Es importante destacar, que todo ciudadano romano que se destine a una colonia latina pierde su ciudadanía romana. No obstante, puede recuperarla, utilizando el IUS MIGRANDI, volviendo al domicilio de la Roma natal. En las colonias latinas el 50% de la población es del resto de Italia y no romano. Así Roma acaba de romanizar a los itálicos haciendo que convivan con ciudadanos romanos. Todo itálico que se enrole en una colonia latina podrá obtener la ciudadanía romana con el uso del IUS MIGRANDI como ya indicábamos. Éste derecho desparecerá al final de la república, momento en el que sólo las élites lo tendrán.
A la hora de organizar sus territorios exteriores habrá dos maneras para ello:

  • Protectorados: que marca como elemento principal una ALIANZA. Los reyes que entran deben declararse AMICIS. Algunos en Oriente tomarán el título de PHILOROMANOS. Es la forma menos intensa de actuar, y normalmente se acaba convirtiendo en provincia. Relaciones, pues, clientelares.
  • Provincia: regida en base a pretores o protomagistrados, siendo la más habitual en los territorios de ultramar.

Las provincias

Hablábamos de las provincias, pero, ¿qué status obtienen? ¿en qué situación se encuentran? Roma va a crear lo que se conoce como STATUS DE CIVITATES PEREGRINAS (el término peregrino es extranjero). Se les otorgará un status peregrino, ya que son auténticamente extranjeros. En función de la resistencia, de la oposición, va a adquirir un status u otro.

  • STATUS LIBERAE ET IMMUNES: es el status más privilegiado que consigue una autonomía casi completa. Son comunidades que no han tenido oposición y que además han colaborado. Roma les considera Estados afines, amigos, habiendo un tratado de AMICITIA entre ellos. La relación es prácticamente de igual a igual pero tiene que ser fiel a Roma y a su política. Como indica la nomenclatura latina, son libres e inmunes fiscalmente. Mantendrán de esta manera su idiosincrasia, su autonomía. Serán los lugares predilectos para refugiar a grandes personajes, como el caso de Tarraco. Son muy pocos las provincias con este status.
  • STATUS FOEDERAE: es el status que comprende las comunidades federales. Aquellos pueblos o regiones que fueron neutrales, que no tuvieron oposición pero tampoco ayudaron. Se llega así a un tratado a un FOEDUS. En ellos hay cierta autonomía pero las cargas militares-fiscales son más importantes. No es un mal status pero hay desigualdad acusada. No quedará al margen del gobernador provincial, tal y como quedaban las del anterior status.
  • STATUS STIPENDIARIAE: es el status más desigual. Supone la anexión total. La región se convierte en AGER PROVINCIAE, en AGER PUBLICUS. Roma puede disponer totalmente de las propiedas del lugar, y los nativos se convierten en extranjeros de sus propias tierras. No obstante, no se suele ejercer el derecho de expoliar territorios. En resumidas cuentas, no se les da la PROPIETAS, pero conservan los territorios a cambio de que paguen un impuesto, un VECTIGAL. Pero, cabe advertir una vez más, en cualquier momento se pueden expoliar esos territorios. Son, pues, los vencidos por rendición incondicional, por DEDITIO. Estará caracterizado por la sumisión total, la conversión en ager publicus, y el mantenimiento generalmente de los nativos pero pagando ese VECTIGAL.

¿Por qué la expansión?

La visión que dan los romanos no es la auténtico. Los romanos no se presentarán como imperialistas. Roma es obligada, recibe la agresión. Es ésta la visión que nos dan las fuentes afines. Los motivos que da Roma para justificar la expansión son:

  • PRO FIDES: es decir, la fidelidad ante los aliados. Si un compañero es atacado, la solidaridad romana actúa.
  • PRO SALUTE: es decir, en defensa propia, tanto ante un ataque como de manera preventiva.

Los dos motivos se enmarcan dentro de una visión de la guerra defensiva o preventiva. La BELLUS IUSTUM, la guerra justa. Roma siempre buscará tener la razón, buscará una legitimidad, una justificación, buscará explicar de manera virtuosa la CAUSAS BELLI (la causa de la guerra). Y a la pregunta de, ¿por qué se quedan entonces en los territorios? Pues por razones de seguridad.
¿Cuál es, pues, la realidad? Pues, lo cierto es que muy distinta. Roma es una potencia totalmente imperialista. Busca SU beneficio. La NOBILITAS busca un beneficio que se encuentra en lo material. Ha visto la cantidad de ventajas que hay en expandirse en la conquista italiana. Entre ellos, podríamos destacar a corto plazo el PRAEDUM (botín, saqueo, indemnización de guerra), y a medio y largo plazo la tierra, los esclavos, la explotación de los recursos naturales y la VECTIGALIA, es decir, el impuesto. La guerra es un beneficio en sí mismo. Roma necesita además, hacer ver la hegemonía y cubrir una necesidad básica de su élite, el CUPIDO GLORIAE, el deseo de gloria. Los NOBILES antes que un magistrado, que un gobernante, son generales militares. Lo que hace progresar en el HONOR es la guerra, son las victorias, es eso precisamente lo que les hace progresar en el CORSUS HONORUM.
El CENSOR se encargará de poner a subasta los recursos de las regiones, y de esta manera no crear un nuevo organigrama. Las subastas van destinadas a aquellos équites económicos. ¿Para qué crear y esforzarse en un organigrama si ya puede encargarse alguien interesado? Esta sería la idea romana. El hecho de invertir, el hecho de que los publicanos (équites económicos) inviertan hará que se intente recuperar toda esa inversión. Ello hará que se dedica con mucho más empeño que un simple funcionario, y ello también provocará un creciente odio, que perjudicará a la imagen de Roma en las provincias. El recaudador de impuestos será excesivamente exigente, con unas ansias y un empeño que buscan recuperar la inversión y seguir sacando beneficio.