Escritura y estado antiguo

El origen de la escritura

El elemento que establece el punto de inicio de la edad antigua es la aparición de la escritura. Ésta es una técnica compleja que aparece en civilizaciones maduras, regidas por formas proto-estatales (a punto de dar el paso cualitativo hacia la civilización). El motivo detonante que hace que aparezca la escritura no es nada más que una necesidad vital. Nos encontramos con sociedades que tienen un aumento demográfico, además de una expansión productiva que conlleva la creación de excedentes. Este hecho marca el inicio de los intercambios comerciales, unos intercambios que requieren una gestión. Es la economía la causante principal de la aparición de la escritura. Para que haya ese salto, debe haber la necesidad de contabilizar. Será esa sociedad creciente con tendencia a la burocracia la que, para abastecer a los demás sectores, irá controlando el comercio, creando así un sistema más complejo y que requiere de una gestión.

La región pionera es el sur de Mesopotamia, Sumer. Los orígenes de lo que será su escritura (sumeria) tienen su origen en las exigencias propias de la economía y administración públicas. Con el aumento de la productividad del país, como resultado de los sistemas de canalización y de irrigación inspirados por el Estado, el exceso de producción agrícola acumulada tuvo que conservarse en los depósitos (excedentes), lo que exigió llevar una contabilidad de los productos que ingresaban en la ciudad, así como los manufacturados que salían para el campo. Sumer será el crisol de la civilización. Allí, aparecerá el primer tipo de escritura completa, el logo-silábico. Este hecho, marcará definitivamente el salto cualitativo de una sociedad proto-estatal a una de estatal. La escritura, el lenguaje en definitiva, permite comunicarse de manera visible, forjando así una trascendencia, una transición de información mucho más exacta. Como dijo Aristóteles: “Las palabras habladas son los símbolos de la experiencia mental y las palabras escritas son los símbolos de las palabras habladas.”

Precedentes y evolución de la escritura

La escritura tendrá un proceso, una evolución interna, dividida en los siguientes sistemas. Podríamos dividir en; sistemas de no escritura (pictográfico), precedentes de la escritura (representativo-descriptivo y mnemónico-rememorativo) y sistemas de escritura completa.

Sistema de no escritura

La intercomunicación visual o también llamado, sistema pictográfico. Las figuras dibujadas o pintadas se denominan pectogramas y las talladas o grabadas se denominan petroglíficos. Es la fase más rudimentaria, y está basado en imágenes representativas, en su mayoría hombres y animales. No supone una transferencia del lenguaje hablado a uno visible, legible. Son imágenes provocadas por el impulso artístico más que por un objetivo comunicativo. Se desarrolló de la imitación de las formas de los objetos o seres reales. Existe además, una evolución interna y poco a poco pasaremos de unas representaciones pictóricas a unas más lineales. De hecho, las formas lineales son descendientes de las pictóricas. Se remonta a los 35.000 años y los mejores restos se encuentran en Europa, África del Sur y Norteamérica. El sistema pictográfico no se considera escritura pero es el paso inicial para llegar a los sistemas de escritura más completos.

Precedentes de la escritura (Semasiografía):

  • El sistema representativo–descriptivo. También es llamado equívocamente ideográfico, pero mejor el uso del primero. Los orientalistas utilizan ideograma para referirse al signo léxico y puede llevar a confusión. El sistema representativo supone una evolución respecto al anterior, y es un sistema basado en símbolos de aspecto naturalista. Son dibujos creados con la intención de comunicarse sin entrar en el ámbito artístico. Representan una idea. Las mejores representaciones las encontramos en los indios americanos.
  • El sistema mnemónico o rememorativo. Está constituido por símbolos para ayudar al recuerdo de un determinado hecho. Se utilizan con la intención de crear registros. A ejemplos prácticos encontraríamos los diferentes símbolos que representan el cargo, la persona, el propietario, o incluso otros que rememoran hechos importantes. También podemos encontrar muchos ejemplos en los indios americanos.
  • Los sistemas limitados. Existen también otros sistemas de escritura que no han llegado a completarse. Es el caso de las escrituras mayas y aztecas. A pesar de que puedan parecer mucho más completas que las anteriormente citadas, internamente no están en un nivel de desarrollo mucho más elevado que los sistemas primitivos de América y África. Sabemos que no se tratan de sistemas fonéticos, porque conocemos la lengua pero no podemos descifrar los dibujos. No llegaron a crear una escritura completa. En muchos casos incluso podría estar presente el impulso artístico ya que vemos numerosos detalles en los dibujos. Sería una amalgama bastante conseguido del sistema pictórico y del representativo.
  • El sistema logográfico o léxico. Está basado en una serie de símbolos, de logogramas, y cada uno equivale a una palabra. Este hecho es un gran paso, sin embargo, no es suficientemente funcional. Especialistas como J. Gelb cuestionan su existencia, por la simple razón que es totalmente disfuncional.

El paso de este último sistema evolucionado, el logográfico, a lo que se considera un sistema de escritura completa se llama el proceso de fonetización. Cada uno de los símbolos pasaría de equivaler una palabra, una idea, a una sílaba. Es un paso completamente funcional, ya que, memorizar todas las palabras no era nada práctico. Las sílabas permitirán una funcionalidad hasta ahora no vista y darán lugar a los sistemas logo-silábico.
No todas las escrituras que hayan llegado a un sistema completo (logo-silábico) han tenido que pasar necesariamente por todos los sistemas anteriores. Las escrituras logo-silábicas no dejaron de lado los signos léxicos o logo-gráficos, y de hecho, en algunos idiomas como el chino las sílabas eran una gran minoría (50.000 a 62), lo mismo pasó con el Hitita (450 a 60) pero, como podemos comprobar, a nivel mucho más inferior. Los sistemas completos de escritura se originaron por primera vez en Oriente que tanto por razones prácticas e históricas se incluye aquí Egipto, las regiones adyacentes de África, y los países en torno al mar Egeo. En toda esta zona, encontramos siete sistemas de escritura, originales y completamente desarrollados.

Los diferentes sistemas logo-silábicos

Los sistemas de escritura descifrados

  • Sumerio, en Mesopotamia, 3100 a. C. – 75 d. C.
  • Egipcio, en Egipto, 3000 a. C. – 400 d. C.
  • Hitita, en Anatolia y Siria, 1500 – 700 a. C.
  • Chino, en China, 1300 a. C. – presente.

Los sistemas de escritura sin descifrar

  • Proto-Elamita, en Elam, 3000 – 2200 a. C.
  • Proto-Índico, en el valle de Indo, hacia 200 a. C.
  • Cretense, en Creta y Grecia, 2000 – 1200 a. C.

En la actualidad no hay más candidatos posibles. Los únicos que han tenido cierta relevancia, han sido: el proto-arménico que hay muy poco conocido, las escrituras de Phaistos y Byblos que se cree que son con mucha probabilidad silábicas, las misteriosas inscripciones de la isla de Pascua, las cuales probablemente son trazos pictóricos con fines mágicos y finalmente, los sistemas amerindios (aztecas y mayas) que no representan una escritura completa. A continuación vamos a ver más a fondo cada uno de los siete sistemas completos de escritura.

Sumerio

En la Mesopotamia meridional, 3100 a.C. – 75 d. C. Los primeros testimonios son los encontrados en la ciudad de Uruk. Ésta fue la primera ciudad hegemónica. Se acacha la creación del sumerio a los sacerdotes de la Diosa Ianna, y es el primer sistema en hacer el proceso de fonetización, pero no necesariamente son los inventores. Con el mismo uso, los sacerdotes normalizaron las grafías de los signos, dando así una forma de cuña, y por esa razón se le conoce como sistema cuneiforme. El material básico utilizado fue la arcilla, que provocó que los signos tuviesen esa forma angular. Más tarde la madera también provocaría ese efecto. El sumerio tuvo también una evolución interna (durante el III milenio), y se puede dividirse en tres grandes fases. La primera ella, se basaba en sellos, etiquetas, que estaban atadas a un objeto o grupo. Eran generalmente de arcilla, y básicamente se utilizaban como marca de propiedad de los objetos y a veces para indicar la cantidad. Tenía muchas limitaciones, y era poco eficaz. La siguiente fase consistió en una ampliación del sistema, y se basaba en dibujar los signos de los objetos y sustituir los sellos por signos escritos. Los signos utilizados en la escritura de Uruk más antigua son claramente signos verbales limitados a la expresión de numerales, objetos y nombres de personas. Se trataba de un sistema logográfico. Pero este sistema también tenía muchas limitaciones, como la incapacidad de expresar muchas partes de la lengua y formas gramaticales, sin embargo, sí que es cierto que se podía entender por el contexto. Fue otra necesidad la que llevó al sumerio directamente al proceso de fonetización. Era la necesidad de representar adecuadamente los nombres propios, la necesidad de expresar palabras y sonidos que no se podían representar mediante dibujos. La última fase, es la del sistema logo-gráfico. Con la implantación de éste último, se normalizó la lengua, y se creó una base para el aprendizaje efectivo. De hecho se han encontrado tabletas que reflejan este paso importantísimo del aprendizaje. Además de las tres fases, en el 2600 a. C., la escritura dejará de ser de arriba abajo y pasará a ser de izquierda a derecha por simple utilidad. (Las tabletas de arcilla se borraban). Ante la efectividad del sistema cuneiforme fueron muchos los pueblos que se lo apropiaron. En el III mileno a. C. fueron los acadios semitas y los elamitas (vecinos septentrionales), y en el II milenio a. C. los Hurritas (Mesopotamia septentrional), los Hititas (Anatolia y Siria) y los Urartianos de Armenia, gracias al acadio1. Además encontramos otros dos cuneiformes, el ugarítico y el persa, que fueron creaciones locales y que la única relación que existe entre ellos y el sumerio es la de adoptar la forma de cuña.

Egipcio

En Egipto, 3000 a. C. – 400 d.C. El egipcio surgirá de manera casi simultánea con el sumerio. Está basado en un sistema jeroglífico. Jeroglífico significa imagen sagrada. Los primeros testimonios eran religiosos y solamente ellos lo controlaban. Pero la realidad es que no solamente abarcaban el ámbito religioso. De hecho generó un idioma en cursiva (más práctico) llamada hierático. Fue descifrado en 1822 por François Champollion gracias a la piedra Roseta. Esta piedra fue escrita por Ptolomeo V Epífanes, en demótico (cursiva la cual deriva del hierático). Sus orígenes no son tan claros como los del sumerio. De sus comienzos tenemos una gran cantidad de paletas de pizarra procedentes de Hieraconpolis (al sur de Tebas). La mejor muestra es la paleta de Narmer. No es más que una conmemoración de la conquista del país inferior (del Delta) por Menes (fundador del reino alto de Egipto). La paleta da constancia del sistema representativo-descriptivo de narrar un hecho. Poco después de Nemes, en Egipto se desarrolló un completo sistema fonético de escritura, quizás bajo influencia sumeria. Fue una escritura logo-silábica. Primeramente, se utilizaba únicamente con fines de manifestación pública, y para ser escrita en la vida cuotidiana se desarrolló una escritura cursiva y normalizada, el hierático y más tarde el demótico.

Hitita

En Anatolia central al norte de Siria, 1500 – 700 a. C. Fue descifrada en 1930, y tiene su origen en el Egeo. El hitita era de carácter pictórico en etapas primitivas, y aún se refleja este origen en las últimas etapas de cursivas. Es llamada jeroglífica por la semejanza con el Egipto. Existieron dos tipos de escrituras en el imperio Hitita, la cuneiforme (de imitación sumeria) que se limitaba a la periferia de la capital y que finalmente se extinguió, y la ya mencionada jeroglífica (con creación original e independiente- tal vez con influencia egipcia) que cubría toda la periferia del imperio exceptuando la capital, y continuó como lengua viva hasta el 700 a. C.

Chino

En China, 1300 a. C. – presente. Aparece bajo la dinastía Chang, como un sistema fonético enteramente desarrollado. Ha tenido una evolución externa pero el interior continua igual o con muy pocos cambios respecto al chino actual. Las primeras inscripciones son textos de oráculos sobre huesos y concha, y algunos breves textos en vasijas de bronce, armas, cerámica y jade. Los signos evolucionaron hacia una forma más lineal, hasta el punto que no podemos identificar que pinturas llegaron a representar. Y no será hacia los siglos V o VI de nuestra era cuando se incorporará un silabario a manera de soporte, y a principios del siglo XX devendrá un sistema silábico completo, aunque más simple que los otros tres silabarios orientales. Influyó decisivamente en idiomas como el coreano o el japonés.

Proto-Elamita

Elam, primeramente en la ciudad de Susa. 3000 – 2200 a.C. Es un sistema que no se ha podido descifrar. El único resultado relativamente seguro de su descifrado es la interpretación de algunos signos numéricos y la determinación de la existencia de un sistema decimal. El tipo más antigua de escritura, con textos de evidente naturaleza económica, aparecen en tabletas de arcilla. La escritura proto-elamita más desarrollada, fechada en el período acadio arcaico, posee muy pocos signos (55 descubiertos) y está escrita en piedra.

Proto-Índico

Valle del Indo (cerca de India), hacia 2200 a. C. Sólo existen documentos en ese período. Es una escritura que se encontró relativamente pronto, en 1924. No se ha descifrado, y hay muy pocos documentos. La escritura consiste de unos 250 signos y se encuentra en breves inscripciones de sellos, cerámica y tabletas de cobre.

Cretense

Creta y Grecia, 2000 – 1200 a. C. Como las dos anteriores, el cretense también se encuentra sin descifrar. Tiene sus orígenes en las etapas más tempranas del minoico arcaico, con representaciones de objetos y seres vivos. A comienzos del minoico medio I (2000-1900 a. C.) aparece gradualmente la primera forma pictórica de la escritura, la Clase A de la escritura jeroglífica. Ésta será sucedida en el minoico II (1900 – 1700 a. C.) por la Clase B. Ambas evolucionarán a unas cursivas, la Lineal A (derivada de la Clase A) que aparecerá sobre 1700 – 1550 a. C. y que se utilizará hasta hacia 1450 a. C, y la Lineal B (derivada de la Clase B) que se utilizará hasta los 1200 a. C. Aunque se haya podido transcribir el Lineal B que fue producto de una fuerte influencia micénica, no se ha podido traducir ya que no se encuentra el sentido.
Las escrituras logo-silábicas no dejaron de lado los signos léxicos o logo-gráficos, y de hecho, en algunos idiomas como el chino las sílabas son una gran minoría (50.000 a 62), lo mismo pasó con el Hitita (450 a 60) pero, como podemos comprobar, a nivel mucho más inferior.

La culminación de la escritura

A pesar de considerar a los sistemas logo-silábicos como un sistema de escritura completa, aún quedan dos evoluciones más. Primero se encuentra el paso de una escritura de logogramas y sílabas a una de únicamente sílabas, y en segundo lugar encontraríamos el sistema alfabético, el más funcional de todos, y que deja atrás las limitaciones silábicas.
De los cuatro sistemas logo-silábicos (Sumerio, egipcio, hitita, chino) han ido surgiendo con el transcurso del tiempo cuatro silabarios que muestran diversos grados de simplificación. Encontramos los silabarios derivados del sumerio (Elamita, hurrita…), las semíticas occidentales derivadas del egipcio, el chipriota proveniente del Hitita, y por último el japonés derivado del chino. En todos los sistemas silábicos, fueron los extranjeros los que no temieron romper con las sacrosantas tradiciones, lo que les permitió introducir reformas que condujeron a desarrollos nuevos y revolucionarios. Como expresa J. Gelb, el nombre general de “silabario semítico occidental” dado a los diversos tipos de escritura empleados por los fenicios, hebreos y otros semitas desde la segunda parte del II milenio a.C., constituyen silabarios y no alfabetos, como se admite generalmente. Éstas siguen fielmente las líneas de su modelo egipcio y éste no es más que un silabario, desde el punto de vista del desarrollo de la escritura. No obstante, si tendemos a considerar estos sistemas silábicos como alfabetos, el ugarítico, encontrado en 1929 en la ciudad de Ugarit, es considerado el primer alfabeto. (XIV-XIII a. C.) Pero si por lo contrario, por el término alfabeto entendemos una escritura que expresa los sonidos individuales de un idioma, el primer alfabeto fue formado por los griegos. Ningún silabario consiguió hasta entonces desarrollar un sistema vocálico completo. Durante los últimos 2500 años el alfabeto ha conquistado la civilización y ha llegado a los más apartados rincones del globo. Los principios de la escritura, no obstante, siguen los principios establecidos por primera y última vez por la escritura griega.

Conceptos de la antigüedad

  • Historia antigua, o edad antigua. Este concepto aparece en el renacimiento, un período donde se hace una recuperación de todo lo relacionado con la antigüedad- sobre todo grecorromana. Fijaba el período que va desde el siglo V griego- el siglo de oro de Atenas, hasta la caída del imperio romano, el 476 d. C. Como podemos comprobar, todo el anterior no se tenía en cuenta, no encajaba con el ideal de belleza que se buscaba en el renacimiento. El termino, pero, cambiará a finales del siglo XVIII. A partir de entonces, se hará referencia al periodo que conocemos actualmente como historia antigua, que comprende desde el inicio de la escritura (logo-silábica) hasta la caída del imperio romano.
  • Protohistoria. Se trata de un término más reciente, surge a principios del siglo XX, y va a servir al historiador para definir a aquellas civilizaciones que están a punto de hacer el paso final de lo que sería una sociedad protoestatal a una de estatal (mediante la escritura). Suele tratarse de pueblos que ya están bajo la influencia de otras civilizaciones, las cuales ya poseen un sistema de escritura completa. Las fuentes para el estudio de la protohistoria son casi en su totalidad arqueológicas, aunque también se poseen tradiciones orales. Además también se pueden utilizar fuentes escritas de griegos, fenicios, hebreos o egipcios, ya que cuando éstas son ya estados, existen poblaciones que no han dado ese paso. El es caso, por ejemplo, de los pueblos íberos que será gracias a la influencia griega que darán el paso cualitativo.

El estado antiguo

Cuando hablamos de Estado antiguo, tratamos del sistema de autoridad perfectamente jerarquizado donde los individuos admiten y se someten al poder de uno o varios soberanos. Con la creación de un estado antiguo, las fronteras se delimitan. Entre las características principales encontramos que posee una soberanía centralizada, una sociedad jerarquizada (grupos sociales perfectamente definidos) y una economía basada sobre todo en la agricultura y en la ganadería (ya pasaron una revolución neolítica). Además, el comercio tiene un papel muy importante. Es el caso, por ejemplo, de Sumer (sur de Mesopotamia) caracterizado por la carencia de materiales a falta de minas, canteras o zonas de tala. Fue necesaria una movilización para potenciar el comercio. Otro elemento a mencionar es una organización de la sociedad más compleja, donde encontraríamos la especialización del trabajo. A parte de una gran masa de población productiva, surgirán personas encargadas de otras actividades necesarias (mantenimiento, burocracia…). Esto tiene como consecuencia el pago en forma de cuota, por parte de los productores, mermando así un poco de su calidad de vida. La clave estuvo en esa redistribución de los excedentes. De hecho, estos impuestos se basaban en excedente y nunca en moneda (hasta bien entrado el I milenio). El estado antiguo, como ya hemos mencionado, se caracterizaba por una fuerte centralización. La forma de hacer respetar esta autoridad fue mediante la religión. Ésta no era más que una manera de sumisión. Los soberanos tenderán a la divinización para hacerse respetar y para consolidar su posición. No obstante, en el caso de la no eficacia del arma ideológica, siempre estaba la coacción mediante el ejército. Este ejército consistía en una pequeña tropa o milicia permanente, financiada con esas aportaciones estatales de la mano de los productores. El estado antiguo, pues, se basaba en el principio de reciprocidad. El soberano ofrece seguridad y a cambio el pueblo se sacrifica mediante el respeto, la sumisión y los impuestos. Para que surja son necesarias unas élites que sepan coger las riendas del estado.

Factores condicionantes para la creación del estado antiguo

Existen diversos factores condicionantes pero no determinantes para la creación de un estado, que son los siguientes:

  • Factor geográfico. Todas aquellas culturas que se ubican en territorios dificultosos para la supervivencia (falta de minas, arboles…) se verán forzados, en mayor o menor medida, a crear un ordenamiento que dará lugar a la figura de estado. Este es el caso de Mesopotamia.
  • Factor demográfico. Al haber una expansión en la población, las culturas protoestatales se verán expuestos a la migración, y se requerirá una organización para subsistir. Son comunidades donde crecerá la demanda de recursos. Existirá, pues, una tendencia al comercio, a la movilización.
  • Factor comercial. El déficit de recursos básicos forzará al intercambio comercial, y del comercio se llegará a la necesidad de organizar, de gestionar, y de ahí la creación del estado.
  • Factor bélico. Las guerras pueden generar estados. También la guerra puede ser producto en estados, que no protestados, en expansión, como es el caso de Mesopotamia. En Egipto sí que la guerra será un elemento de importancia a la hora de hacer ese paso cualitativo a un estado.
  • Factor tecnológico. Generalmente, la tecnología es generada dentro del estado (destinando parte de la población a otras tareas que puedan desarrollar (trabajos técnicos). Mesopotamia sería el caso contrario, la misma tecnología forzaría a crear un orden, a crear un estado.