El Imperio Bizantino: siglos X-XII

La recuperación militar bajo la dinastía macedónica

Esta fue una etapa de expansión como consecuencia de las acciones militares y la eficaz gestión llevada a cabo por emperadores como Nicéforo Focas, Juan Tzimisces o, sobretodo, Basilio II. Este último logró la conquista de la región del Adriático, de la península Balcánica, de la alta Mesopotamia, de Armenia y de Italia meridional.

Sus enemigos fueron los búlgaros y los piratas eslavos y sarracenos. Sus éxitos se debieron a su capacidad de maniobra más que a sus reformas, dado que no ejecutó una reforma de la estructura militar.

Su reinado se divide en cuatro períodos:

  1. 976-989: Este fue un período difícil de revueltas que pudieron llevar al fracaso los éxitos anteriores. En el 980 se sufrieron ataques de los búlgaros y de los sarracenos en la Italia meridional. Ambos terminaron en fracaso debido a la defensa plantada.
  2. 989-1001: Esta época se caracteriza por la lucha contra Bulgaria, para lo cual se firma la paz con Rusia y también con el califato fatimita de Egipto. Pero pese a ello, en dos ocasiones se debieron suspender las campañas militares para ir a Siria, en 990 y 999.
  3. 1001-1018: Esta fue la época en la que se sometió a Bulgaria, destacando la batalla de Strimón, en 1014. En esta batalla se hicieron 15000 prisioneros y se los cegó, para devolverlos al zar Samuel. De aí el sobrenombre de Bulgaróctonos (matador de búlgaros).
  4. 1020-25: En esta época las posesiones italianas peligraban debido a los ataques sarracenos y por la hostilidad de la población italiana, más proclive al dominio normando. No obstante, se consiguió pacificar la provincia italiana y conquistar Sicilia, en manos musulmanas.

A la muerte de Basilio II finaliza el período de expansión bizantina. Su éxito se debe a la capacidad personal del emperador, y al personal con el que se rodeó. Pero sus sucesores no fueron capaces de mantener las conquistas, quedando la situación en manos de los eunucos de palacio. Así, surgiría un antagonismo entre los oficiales del gobierno civil y los jefes militares que terminaría con revueltas militares que dejaron desguarnecidas las fronteras, lo que se tradujo en la presencia normanda en Italia, y turca en Anatolia.

Las medidas de política interna

En política interna se produjo la reforma de los themas instaurados por Heraclio. Así, se consiguió la igualdad social entre los campesinos a nivel fiscal, pero estos impuestos eran pagados por unidad familiar, pero la responsabilidad del pago era colectiva, con lo que terminaba siendo una fortísima presión fiscal que favorecía un proceso de concentración de la propiedad. Este impuesto se llamaba allelengyon.

La reacción de los emperadores no fue constante. Así, hubo emperadores como Romano I que favoreció al campesinado, mientras que hubo otros, como Nicéforo Focas, que apoyaría a la aristocracia terrateniente. Basilio II fue el mayor enemigo de la clase terrateniente, ya que estableció la devolución de las tierras además de la obligación del pago del allelengyon.

Desde mediados del s. XI aparece la pronoia, que consiste en donaciones de tierras del emperador a magnates bizantinos para pagarle un servicio determinado. Los Comneno entregarán la pronoia con fines militares, es decir, se feudalizará la sociedad bizantina.

En cuanto a la economía bizantina, se restablecerán las relaciones comerciales con el Islam y se amplía el comercio con los pueblos esteparios. La artesanía se desarrollará en las ciudades, siendo controlada por los funcionarios imperiales.

El poder imperial alcanzó en este época un valor inédito, el cual toma formas propias de déspotas orientales, sin olvidar sus raíces romano-helénicas. Así, controla la Iglesia de Oriente y es venerado por multitudes. El emperador vivía aislado en su palacio, destacando en este la sala del trono, lugar en donde se ubicaba el Tesoro Real. La vida del emperador estaba aislada, y para acceder a él había que pasar por un rito de adoración reglamentado por medio de un riguroso protocolo. Todo esto se conoce por el “Libro de las ceremonias”, escrito por Constantino VII.

Cada oficial de palacio tenía un doble título: civil y militar, existiendo 19 grados de jerarquía administrativa. En cuanto a la ascensión, estaba minuciosamente estipulada, pero el emperador siempre podía acelerar este proceso.

La disgregación del Estado bizantino. El régimen de la nobleza civil (1025-1081)

La muerte de Basilio II marca una era de epígonos y se inicia la disgregación del sistema creado por Heraclio. Basilio II muere sin herederos directos, y no dejó una línea política a seguir. Así, la ruina del campesinado acabó con la estructura del ejército, y con las finanzas.

El poder imperial se aliará con la nobleza, sobretodo con la aristocracia terrateniente, ya que fue esta la que mejor partido sacará.

Este período de la historia bizantina se caracteriza por un sinfín de intrigas palaciegas protagonizadas por la nobleza civil de Constantinopla y la nobleza militar de las provincias. Pero pese a la crisis política, esta fue una época de un desarrollo cultural excepcional.

Constantino VIII sucederá a Basilio II, y a su muerte le sucede su hija Zoe, quien se casa con Romano II, el máximo representante de la nobleza civil. Este acaba con la política de protección del campesinado. Es depuesto por una conspiración que acaba con Miguel IV, un general, en el trono. Pero sus problemas de salud le impidieron gobernar, con lo que cede el gobierno a Juan Orfanotrofo, un eunuco, que provoca un aumento de la carga fiscal y del centralismo burocrático, lo que perjudica a la nobleza militar. Esto se traduce en continuas revueltas en la Península Balcánica.

También en esta época se difundirá la pronoia, la cual en principio es temporal y no podía enajenarse. En materia de impuestos, estos serán recogidos por recaudadores particulares que previamente se los había adelantado al Estado.

Además, el ejército se transformó, ya que el campesinado dejó de ser soldado para ser contribuyente, debido a la existencia de la posibilidad de no ir a la guerra a cambio de un pago. La solución fue recurrir a mercenarios de origen varego-ruso o normando. Pero estso fueron inútiles, como demostró la btalla de Manzikert (1071), en donde Romano IV fue hecho prisionero. También se produjo la pérdida de Italia, y se rebeló la aristocracia militar, que dio el poder a Alejo I Comneno en 1081.

La amenaza exterior: pechenegos, selyúcidas y normandos

Los ataques a Bizancio se efectúan por distintos frentes: en Italia serán los normandos quienes comandados por Roberto Guiscardo atacarán las posiciones bizantinas. Los húngaros, por su parte, tomarán Belgrado en 1064. Los uzos se aliarán con los pechenegos para atacar los Balcanes, pero serán diezmados por la peste.

Por último, destacar a los selyúcidas, que en 1065 atacan por el este, devastando Cilicia e invadiendo Asia Menor en 1067. La reacción bizantina provocó la batalla de Manzikert (1071), que tuvo como consecuencia más relevante la pedida de auxilio al Papa a cambio de la unión de las Iglesias.

La derrota de Manzikert pudo suponer la desaparición del Imperio Bizantino, pero Asia Menor ya estaba muy saqueada, lo que llevó al sultán turco Alp-Arslán a pedir un fuerte tributo de tropas y oro, ya que su objetivo era la unión ortodoxa del Islam, para lo cual atacaría al sultanato fatimita de El Cairo. Además, exigió la cesión de determinadas fortalezas en las fronteras de Edesa, Armenia y Siria, con lo que las fronteras volverían a la situación anterior a 970.

Los montes Taurus se constituyeron de este modo en una frontera natural, pero los turcos acabaron asentándose en la región de Nicea de la mano de Miguel VII, debido a conflictos políticos con Nicéforo Botaniates, quien terminaría aliado con dichos turcos. Pero lo que los turcos consiguieron con esto fue su asentamiento en la Propóntide, en Frigia en Galatea, siendo la fuerza dominante en Anatolia. Tras esto se producirá una expansión turca al este.

Los bizantinos no supieron evaluar el peligro que suponían los turcos, ya que consideraban que el peligro era el sultán turco, no las bandas de turcos nómadas, lo cual terminarían pagando muy caro.

Los pueblos del Cáucaso

En el Cáucaso, sobretodo en Armenia, ocurre entre 990 y 992 una importante emigración de Armenia que modificará étnicamente la provincia de Cilicia. Así, se constituirá la Pequeña Armenia, al norte de Siria. Esta emigración es favorecida por Bizancio, y ocurre tras la expulsión de los musulmanes del Taurus y la consiguiente repoblación de esas tierras, para la que se eligió a los armenios, que eran cristianos, si bien es cierto que su Patriarca residía en Ani, no en Constantinopla.

Por último destacar que tras el ataque selyúcida de 1064 a Armenia, muchos armenios emigrarán a la Pequeña Armenia.

Relaciones con Occidente: Bizancio y las Cruzadas

En 1095 la aparente desintegración del mundo musulmán da esperanza a Bizancio para reconquistar Siria-Anatolia, para lo que piden ayuda a Occidente, desde donde se mandan a los Cruzados. En 1095 llega una delegación bizantina al Concilio de Piacenza para recuperar posiciones contra el Islam. Pero una mala interpretación llevó al fenómeno conocido como las Cruzadas, que buscaban otros propósitos. Así, los cruzados suponían un enorme peligro para Bizancio. Su propósito era llegar a Jerusalén, para lo que Bizancio no se opuso.

Los cruzados culparon a Bizancio de las derrotas militares y de la poca ayuda prestada, y Alejo I tuvo mucha mano izquierda para con los cruzados (exigió un juramento de vasallaje a los líderes cruzados, y la exigencia de que todo lo conquistado quedaría bajo dominio bizantino. No obstante, esto último quedaría en papel mojado.

El régimen de la nobleza militar(1081-1204). Los Comneno

Manuel I (1143-1180) se vio inmerso en los problemas derivados de los Cruzados. Bizancio fue acusada de traición premeditada, lo que separó aún más los mundos de Occidente y Bizancio, pero quien sí le apoyó fue Venecia, que le ayudó a recuperar sus posiciones en los Balcanes y de detener a los normandos, pero el desembarco en Italia de tropas bizantinas en 1154 logró enemistar a ambos Estados. Así, en 1158 se firmará una paz que pondrá fin a empresas bizantinas en Occidente. Además, Bizancio será derrotada por los turcos en la provincia de Konya, en la batalla de Miriokefalon (1176). Manuel I muere en 180, quien extendió el imperio, pero las fronteras eran muy frágiles. A su muerte, el Imperio queda muy tocado por las luchas internas, que llevan a una gran crisis interna, provocada también por los gastos militares y la ruina comercial debido a la entrada de los italianos en los mercados imperiales.