Biografía de Charles Darwin: su teoría y curiosidades

Charles Darwin, conocido como el padre de la evolución tuvo una vida llena de peculiaridades. Muchas de las cuales muy posiblemente hayan sido parte importante en el desarrollo de su teoría. Esa curiosidad particular y su pasión por observar todo a su alrededor lo llevaron a poner sus ojos en la naturaleza. Allí evidenció las bases de sus estudios e investigaciones, que más tarde dieron forma a “El Origen de las Especies”.

Nació en Shropshire, Inglaterra, el 12 de febrero de 1809, hace ya 212 años. Nació como el quinto hijo del matrimonio entre el médico Robert Darwin y Susannah Darwin (Wedgwood antes de casarse). Creció educado bajo las creencias de la religión anglicana, a pesar de que su padre fue un librepensador.

Ya desde los ocho años de edad, Charles Darwin marcaba su gusto por la naturaleza, en especial cuando se trataba de ejemplares exóticos y diferentes. Esta pasión lo condujo incluso a coleccionar algunos de esos ejemplares, despertando aún más su interés en la observación de estas particularidades.

Cuando tenía 16 años, en 1825 fue aprendiz de su padre durante el verano, asistiéndolo y ayudándole a atender a los enfermos. Luego de esto fue admitido en la Universidad de Edimburgo donde inició sus estudios en la carrera de medicina. Sin embargo, no pasó mucho tiempo antes de descubrir que aquella no era su vocación.

Charles Darwin, el padre de la evolución

Charles Darwin, su pasión por la naturaleza

Apenas en su primer año en la prestigiosa casa de estudios, Darwin encontró la carrera de medicina ajena a él. Más aún luego de asistir a dos cirugías, en las cuales descubrió que no toleraba la sangre. Dicho esto, dejó de prestar atención a sus estudios para dedicarse a su verdadera vocación, la naturaleza.

Allí, en la universidad de Edimburgo, se dedicó en su segundo año a estudiar la vida marina, concretamente, los invertebrados. Presentó con éxito, ante la Sociedad Pliniana, su descubrimiento sobre los huevos de sanguijuela adheridos a los caparazones de las ostras.

También aprendió taxidermia de la mano de John Edmonstone, quien fue discípulo del reconocido naturalista británico Charles Waterton. Se dicen que Edmonstone y Darwin conversaban a menudo, quizás sobre los viajes del primero a las selvas sudamericanas.

Aprovechó también para aprender sobre las plantas, aportando sus conocimientos para enriquecer al museo de dicha universidad, el más importante de la época en Europa. Y escuchó por primera vez las ideas de Lamarck sobre la evolución.

Universidad de Cambridge

La Universidad de Cambridge

Debido a su bajo rendimiento en la carrera de medicina, su padre le envió a estudiar letras en la Universidad de Cambridge. Esto con el fin de que más adelante se convirtiera en pastor anglicano. Aun así, Darwin continuó prestando más atención a las maravillas de la naturaleza que a sus estudios y terminó por dedicarse a coleccionar escarabajos. Tal fue su dedicación que llegó a descubrir algunos datos interesantes que fueron publicados en una importante revista de entomología. (Illustratios of British Entomology).

Además, conoció a varios reconocidos naturalistas de la época, siendo muy cercano a John Stevens Henslow, profesor de botánica.

Finalmente, se dedicó a sus estudios y aprobó sus exámenes finales con calificaciones sobresalientes, y obteniendo el décimo lugar de un listado de 178 estudiantes.

Durante este último año de estudios, Darwin se tropezó con las obras de los autores John Herschel y Alexander von Humboldt. Estas fueron parte de su inspiración para continuar son sus estudios sobre el comportamiento de la naturaleza.

Fue después de su graduación, cuando volvió a casa, que recibió una carta que cambiaría su vida. Allí encontró la oportunidad de estudiar la naturaleza a profundidad y con libertad.

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HMS Beagle

Robert FitzRoy y el viaje del Beagle

Su íntimo amigo Henslow había recomendado a Darwin para zarpar en cuatro semanas a bordo del HMS Beagle. Su misión sería acompañar durante dos años al capitán Robert FitzRoy. EL objetivo de aquella expedición era estudiar las costas sudamericanas y realizar un trabajo de cartografía e investigación de la naturaleza del lugar.

Luego de zarpar en diciembre de 1831, los aventureros extendieron su viaje durante cinco años. Regresando en octubre de 1836 luego de visitar casi la mitad del planeta. Durante ese tiempo, Darwin pudo dedicarse a estudiar los diferentes ejemplares que la naturaleza le ofrecía. Cada hallazgo era detalladamente descrito en las cartas que enviaba a la Universidad de Cambridge.

Darwin encontró innumerables hallazgos, siendo uno de los más destacados los fósiles de Argentina. Varios mamíferos que yacían junto a algunos restos de moluscos, todas especies extintas. Cada uno de los fósiles que encontraba, despertaba más su interés. Encontrando incluso pruebas sobre las mutaciones, que impulsaron la que más adelante se convirtió en su reconocida teoría.

El viaje de cinco años le dio la oportunidad de comparar las especies de flora y fauna de cada región. Descubriendo que las condiciones de cada una serían las responsables de las diferencias entre ellas, incluidos los seres humanos.

El diario del viaje del Darwin

Las cartas que Darwin escribía a la universidad y a su familia llegaron a las manos del capitán FitzRoy. Este se mostró interesado y encantado con el contenido de las mismas. Decidió, con autorización del autor, que debían incluirse como parte de la crónica oficial de los resultados de la expedición. Así se creó un tercer volumen de esta.

Para el año 1836, los expedicionarios del Beagle regresaron a casa. Henslow había dado a conocer los hallazgos e investigaciones que Darwin le había hecho llegar en sus cartas. Gracias a esto, el joven naturalista era ya bastante reconocido entre los miembros de aquella comunidad.

Luego de re-estudiar las especies que trajo consigo del viaje, comparando sus opiniones con otros expertos de la época, Darwin publica su Diario del Viaje del Beagle. Poco después, el capitán FitzRoy publica las crónicas del mismo viaje, siendo ambas publicaciones un absoluto éxito.

Pensamientos de Charles Darwin

El inicio de la Teoría de la Evolución de Darwin

Después de reencontrarse con su familia al regreso de su viaje, Darwin visita a Henslow en Cambridge . Luego se pone en contacto con varios naturalistas que le ayuden a clasificar los especímenes que trajo de su gran viaje, incluyendo los fósiles de Argentina.

Se dedicó entonces a revisar su diario y ajustar sus antiguos escritos, cotejándolos con lo que encontraba y publicando artículos donde exponía sus teorías. Para marzo de 1837, Darwin formaba parte de la reconocida sociedad de científicos. Codeándose con eruditos de la talla de Charles Babbage y Charles Lyell, fundador de la geología moderna y de quien para el momento se había hecho muy cercano.  

Darwin dedicó diez años a realizar experimentos con especímenes de plantas y cruces de animales, logrando resultados que fueron dando forma a su teoría. Mientras tanto, continuaba publicando sus hallazgos y avances. En 1946 publicó su libro Observaciones Geológicas en América del Sur.

El Origen de las Especies

Darwin decidió que su investigación debía publicarse en la forma de un libro y completó sus datos con información que solicitó a reconocidos naturistas. Incluyendo a Alfred Russel Wallace, cuyos estudios e investigaciones tenían un corte increíblemente similar al de Darwin. A pesar de que se realizaron de forma totalmente independiente.

Finalmente, el libro de Darwin tomó forma y vio la luz el 22 de noviembre de 1859 bajo el título “El origen de las especies mediante la selección natural o la conservación de las razas favorecidas en la lucha por la vida”. O como lo conocemos hoy en día, “El origen de las especies”.

Allí expone finalmente su teoría, haciendo fuerte hincapié en la existencia de un origen común para todos los individuos de una especie similar, incluyendo sutilmente al mismo ser humano.

La teoría de Darwin habló de la selección natural de cada especie, de la mano con su capacidad de adaptarse a las condiciones de su entorno a fin de sobrevivir. Eso sí, procuró no incluir la palabra “evolución”, ya que para aquellos tiempos, la misma generaba gran polémica.  

​Después de esta primera publicación, Darwin continuó complementando su teoría, atreviéndose a señalar que todas las razas de seres humanos tenían un origen común, y más allá, como parte del reino animal. Su libro “El origen del hombre y la selección en relación al sexo”, publicado en 1871, y “La expresión de las emociones en el hombre y los animales”, 1872, así lo demostraban. Para su sorpresa, ambos libros tuvieron una gran aceptación en su comunidad.

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Caricatura de Darwin tomada de la revista Hornet 

La despedida de Charles Darwin

Charles Darwin muere el 19 de abril de 1882. En su habitación, pasó sus últimos años bajo los cuidados de su esposa y sus hijas Henrietta y Francis, además de haber recibido las visitas de muchos naturalistas de la época que seguían sus teorías.

Además, se mantuvo activo en el campo de la investigación hasta que su cuerpo no pudo más, e incluso, cuando fue confinado al reposo en aquella habitación, llevó consigo algunos de sus experimentos con plantas trepadoras.

Al morir, le fue concedido uno de los más grandes honores, reservado solo para la realeza, al recibir un funeral de Estado y ser enterrado en la Abadía de Westminster. Honor que compartió con tan solo cinco personas influyentes del siglo XIX.

Charles Darwin, «El origen de las especies»

Algunas curiosidades sobre Charles Darwin

Además de ser un increíble amante de la naturaleza, naturalista destacado y haber heredado a la humanidad la Teoría de la evolución, la vida de Charles Darwin fue salpicada con algunos datos bastante curiosos.

Por ejemplo, luego de exponer su teoría sobre la evolución de las especies e insinuar que el hombre provenía de una especie de primate, la polémica generada convirtió al reconocido naturalista en “modelo” para algunas caricaturas que lo representaban con la figura de un mono, a manera de burla.

Charles Darwin fue criado y educado bajo la fe anglicana, y a pesar de que cuestionaba enormemente ciertos asuntos relacionados con la religión, nunca se declaró ateo hasta que en 1851 su adorada hija Annie murió a los diez años de edad. Entonces perdió por completo su fe.

Otro dato curioso es que Charles Darwin se casó con su prima, Emma Wedgwood. Y aunque esto era bastante común en la época, lo que llama la atención es que dicha decisión fue tomada luego de elaborar una lista de “pros y contras” siendo uno de los favorables, que la dama era “mejor compañía que un perro”.

Su puesto como compañero de viajes y naturista  en el Beagle, donde su vida encontró el curso, casi se ve desmoronado por culpa de la forma de su nariz, ya que el capitán FitzRoy creía firmemente que podía interpretarse la personalidad de cada individuo de acuerdo a las facciones de su rostro. Al parecer la nariz de Darwin no pasaba la prueba.

Pero todo salió bien después de una buena conversación y Darwin zarpó en el Beagle donde se hizo muy cercano al capitán, quien terminó regalándole una montaña por su cumpleaños en 1834. El Monte Darwin (Mount Darwin) ubicado en Tierra del Fuego, entre Chile y Argentina.

Durante este viaje, Darwin demostró que su amor por la naturaleza era tan intenso que incluso debía probarla, literalmente. El naturalista se caracterizaba por comer ejemplares de especies exóticas, como búhos, pumas y armadillos, entre otros.