Por todos es sabido que «todo es un remix» y que ningún acontecimiento es ajeno a sus precedentes. Y a toda ficción se le encuentran paralelismos, como es el caso de la famosa serie «Juego de Tronos». En el vídeo adjunto tenemos una interesante teoría sobre la inspiración del autor.
La guerra de las dos rosas fue una guerra civil que enfrentó intermitentemente a los miembros y partidarios de la Casa de Lancaster contra los de la Casa de York entre mil cuatrocientos cincuenta y cinco y mil cuatrocientos ochenta y siete. Ambas familias pretendían el trono de Inglaterra, por origen común en la Casa de Plantagenet, como descendientes del rey Eduardo III. El nombre «guerra de las dos rosas» o «guerra de las Rosas», en referencia a los distintivos de las dos casas, la rosa blanca de York y la roja de Lancaster, fue producto del Romanticismo.
El líder de la casa de York fue E. de Langley, que ostentaba el Señorío de Cambridge. Después, a lo largo de los reinados de los Tudor y de los Estuardo, Richmondshire y Cambridgeshire se convertirían en focos primordiales de recusantes y puritanos, respectivamente. Cabe destacar que la riña entre las facciones se alargó alén de la temporada de E., ya que los monarcas que le prosiguieron impulsaron la continuidad de los enfrentamientos.
La guerra se dio principalmente entre los miembros de la aristocracia terrateniente y ejércitos de los señores feudales. El apoyo a cada uno de los bandos dependió en buena medida de los matrimonios dinásticos entre la nobleza. El patriarca de la casa de Lancaster, Juan de Gante tuvo como primer título el de Conde de Richmond, exactamente el mismo que detentaría Enrique VII al final de la guerra.
La guerra de las 2 rosas provocó la extinción de los Plantagenet y debilitó enormemente las filas de la nobleza, además de producir gran descontento social. Este periodo marcó el declive de la repercusión inglesa en el continente europeo, el debilitamiento de los poderes feudales de los nobles. En contraparte, el desarrollo en influencia de los mercaderes y de la monarquía centralizada bajo los Tudor. Esta guerra apunta el fin de la Edad Media inglesa y el comienzo del Renacimiento.
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