Los turcos selyúcidas

Los turcos y sus incursiones en territorios del Islam

La presencia turca en la frontera este del Islam siempre fue algo corriente. Pero esta presencia se acentuó desde mediados del s. X por la presión que los turcos recibieron de los mongoles, situados al este. Por tanto, la penetración turca en la sociedad islámica era una realidad en los s. XI-XII, pero esto fue un movimiento controlado por la sociedad islámica, ya que los turcos sólo entraban al Islam como mercenarios o como esclavos.

La ascensión de los selyúcidas

Los selyúcidas aparecerán a finales del s. X en Asia Central. Hacia 1020, los selyúcidas formaron una confederación de tribus, la cual estaba convertida al Islam. Esta conversión de turcos será fomentada por unos monjes guerreros que pregonarán el sunnismo. De aquí nacerá el celo religioso de los turcos que les llevará a luchar contra el chiísmo, moviéndose hacia el oeste. Así, conseguirán dominar todo Irán excepto los territorios dominados por los gasánidas, irán a por la conquista de Bagdad, ya que allí ejercen el control los bullidas. Por tanto, podemos decir que los selyúcidas anhelaban el establecimiento de un poder centralizado en el Islam bajo el sunnismo, idea que choca con la anarquía y desorganización propia de las tribus nómadas.

Por tanto, liderarán una intervención armada para la unidad político-religiosa del Islam contra los fatimitas de Egipto y los bullidas de Persia).

El jefe de los selyúcidas era Tugril, el cual logró extender su dominio por el macizo iranio, guerreando contra los nómadas, no así contra los sedentarios. En 1045 entró de manera pacífica en Bagdad para entrevistarse con el califa, el cual le nombra sultán y emir del este y el oeste para que luche de manera efectiva contra los fatimitas de Egipto y los bullidas de Persia.

Este título da competencias de tipo temporal, y legitimidad para atacar los territorios que no estén bajo la autoridad del califa.

Tras esto, será Alp-Arslan el jefe selyúcida quien se encuentre con la victoria de la b. de Manzikert (1071), que significará la entrega por parte de Bizancio de mercenarios y oro para poder conquistar Egipto, a cambio de no marchar sobre el Imperio Bizantino, algo que no era su objetivo. Este empuje llevó a Alp-Arslan a conquistar Siria, pero Egipto todavía seguía bajo manos chiítas. Además en las inmediaciones de la región del Taurus se había configurado el Reino de Armenia, dependiente de Bizancio.

No obstante, terminarán asentándose en territorio bizantino como consecuencia de las rencillas interiores de dicho poder.

Para los turcos, el poder debe ser familiar bajo la autoridad del primogénito. El ejército era muy importante, y estaba formado por turcos selyúcidas y esclavos, destacando el papel de la caballería. La relación entre los turcos y el califa era buena, lo que llevó a la organización de un poderoso movimiento sunní que se concretó en la construcción de mezquitas y caravanserais, a la vez que se fomentó una sistema educacional basado en la madrasa, la cual formará funcionarios y jueces que mantendrían el funcionamiento de la ortodoxia sunní. Así, los turcos ejercieron su dominio ideológico-político no por medio de persecuciones, sino por medio de construcciones y educación. Como ejemplo está la mezquita Nizamiyya en Bagdad.

Bajo el dominio turco, la ortodoxia sunní se renovará por la introducción de corrientes como el sufismo, un movimiento auténticamente musulmán. Este se basa en el reconocimiento de la omnipotencia divina y pide la aceptación de la voluntad de Dios. Sigue al Corán con respecto a las prácticas de accesis como acercamiento a Dios. El sufismo aparece en Irak en el s. VIII. Más tarde se difundirán los ejercicios de piedad para la unión con Dios.

Los místicos musulmanes tienen vivencias que luego transmiten por medio de poemas, y se sustentan en un a teología con influencias helenísticas.

Así, el alma por medio de la mortificación del deseo se puede transformar en un espíritu que sólo desea la unión con Dios, experimentando el éxtasis. Cuando este finaliza, la personalidad desaparece ya que el ser está transformado. Esto les aportaría el conocimiento intuitivo del saber común, el cual consideraban superior al ordinario.

Los sufíes en el s. XI comenzaron a organizarse en pequeños grupos. Esto es conocido por al-Ghazali, quien será su portavoz.

Los turcos favorecieron la aparición de los Khanqahs, o conventos sufíes.

La fuerza religiosa del sunnismo turco es de calado, pero no consiguieron acabar con el chiísmo, como demuestra el ismailismo en Irán, que fue una secta chií que era autónoma con respecto a Egipto, que actuaba por medios terroristas (Secta de los Asesinos). Así, estaban convencidos de que la muerte en la yihad supondría la entrada al paraíso, para lo cual los jefes de la secta les hacían ingerir grandes cantidades de hachís, mostrándoles que el paraíso sería mucho más que aquello.

Esta secta fue muy contundente contra los cruzados.

Decadencia selyúcida

El lastre para los turcos selyúcidas fue la ausencia de un método definido para la sucesión, lo que derivó en una inestabilidad crónica, y en una fragmentación del imperio selyúcida.

A finales del s. XI el sultán mantenía su dominio sobre Irán e Irak, pero la aparición de Sangar en el Khorasán hizo trastocar todo esto, ya que el se formó su propio imperio en el este del imperio selyúcida. No obstante, esta situación terminó con la llegada de los mongoles. Así, la tribu de los oguzes fue desplazada por estos, lo que desembocó en la repartición del imperio de Sangar entre los oguzes.

En 1192 el califa abbasida eliminó a los últimos selyúcidas, saliendo estos de Irán en 1222.

Siria- Egipto contra las cruzadas

Siria estaba dividida por la fragmentación del poder selyúcida. Aquí los primogénitos cedían su poder a los atabeg, militares que eran elegidos para ser los tutores de los príncipes, ejerciendo así el poder. Por este camino llegarán al poder los Buridas de Damasco y los zenkidas de Alepo.

La reacción musulmana ante los cruzados va por cargo de estas familias por medio de medios piadosos. Además, conseguirán el apoyo de mercaderes musulmanes. Para derribar a los cruzados se necesitará la unidad musulmana, lo cual estaba lejos de ser una realidad. En esta labor destacan Noradino, hijo de Zenki, quien unificó los territorios sirios, basándose en medios propagandísticos y en el crecimiento demográfico de la época. Noradino preconiza la marginación a los traidores a la unidad del Islam, pasando a ser enemigos. En 1154, Noradino conquistó Damasco y dominó de este modo toda Siria. Ya sólo le faltaba la dominación de Egipto para poder actuar eficazmente. Para conseguir esto, enviará en 1164 una expedición comandada por Shirkúh (el padre de Saladino) en apoyo de un visir egipcio. La situación terminará con el dominio de Saladino en 1175 (tras la muerte de Noradino) de Siria y Egipto y la victoria sobre la III Cruzada. A la muerte de Saladino en 1193 la división política reaparecerá.

A principios del s. XIII la fragmentación musulmana es evidente, pero el ataque cruzado fue dirigido contra Bizanio, lo que impidió la consolidación de los Estados Cruzados. Algunos contemporáneos vieron el ataque a Bizancio como un complot egipcio-veneciano.

Invasión de los mongoles

El impacto de la invasión mongola se nota a partir de 1213 en el este de los dominios musulmanes. Pero la invasión mongola provocó la llegada de tropas muy agresivas al Islam. A la muerte de Genghis Khan, el mundo musulmán se desestructurará como consecuencia de la desaparición del califa abbasí en 1258, tras la destrucción de la ciudad de Bagdad.

La fragmentación del imperio mongol llevó al establecimiento del kanato de Kipchak en las estepas al norte del mar Negro y Caspio, quien consiguió hacer vasallos a los distintos dominios rusos. Además, implantó el Islam en esta zona de manera definitiva.

El kanato de Ilghan se ubicó en Persia-Irak, siendo también de fe islámica. Este kanato será aculturado por la cultura persa. Pero la invasión mongola también expandió las tierras del Islam. Además fue beneficioso para Bizancio porque acabó con los selyúcidas de Asia Menor en 1242, y con los búlgaros del Danubio.

Por tanto, la invasión mongola supuso una reorganización política. La primera derrota mongola fue en el batalla de Ain Yalut en 1258 a manos de los mamelucos.

En la segunda mitad del s. XIII se produjo una alianza entre mamelucos y bizantinos para sacar partido de la proximidad de la Horda de Oro, que captura esclavos rusos para venderlos a Bizancio, quien a su vez los vende a Egipto.

Esta alianza peligrará el dominio comercial italiano en el Mediterráneo Oriental.

Sociedad, economía y cultura en el Islam

En el ámbito musulmán se produjo una evolución semejante en todos los ámbitos:

  • Siria: la caída demográfica tuvo consecuencias en los precios agrícolas, lo que aceleró el éxodo rural en Siria. Además, provocó que las concesiones en iqta fueran abandonadas. Así, en el s. XII los grandes sultanes turcos hicieron hereditario el iqta. Esto dio resultado, y como consecuencia creció demográficamente la región en el s. XII.
  • Mesopotamia: el resultado de hacer el iqta hereditario en esta región fue la sujeción de los campesinos a la tierra.
  • Irán: Aquí se utilizó la soldada como medio de pago, no el iqta.
  • Egipto fatimita: los beneficiarios del iqta fueron los oficiales agrícolas, también siendo cobradores de impuestos. Pero estas concesiones eran revocables por el Estado. Saladino implantará un iqta hereditario, lo que aquí también llevará a la sujeción del campesinado, que curiosamente desembocó en una pérdida de la población.

Los selyúcidas no se inmiscuirán en asuntos de la propiedad de la tierra por su condición nómada, y para ellos las tierras eran comunales. La política de propiedad de la tierra de los selyúcidas fue muy atractiva para los campesinos griegos, lo que llevó a migraciones masivas al imperio selyúcida. Pero a principios del s. XIII no existía la servidumbre en el Próximo Oriente, y las cosas cambiarían tras la IV Cruzada por las medidas como el iqta o la pronoia. Estas medidas supusieron concesiones a grandes propietarios, lo que trajo un sistema similar al modelo feudal de Occidente.

El comercio a gran escala quedará para los extranjeros, mientras que los locales se tendrán que contentar con el comercio a pequeña escala y el avituallamiento.

Con respecto a la cultura, decir que la amenaza de Occidente supuso una reafirmación cultural. También la conversión del Islam en una religión más formalista. Para Bizancio la relación fue más compleja, pero la IV Cruzada también reafirmó su condición peculiar.