El Imperio Bizantino: siglos XII-XV

Los Paleólogos y la restauración política

A finales del s. XIII, la Europa balcánica estaba organizada en torno a las alianzas de Bizancio y a las de Carlos de Anjou, estando ambos poderes enfrentados. Además, estaba el elemento de los turcos. Esto llevó a que sólo los servios pudieran plantar cara a los turcos.

En Grecia había una profunda división. Por una parte, estaban los Paleólogo en Constantinopla, la dinastía Angelo en el Epiro y los latinos en el Ática y Peloponeso.

Miguel VIII Paleólogo recuperó Constantinopla en 1261. Pero sus hijos Andrónico II y Miguel IX no dieron continuidad a la restauración imperial. En este momento, Bizancio era una potencia regional, con servios y angevinos como enemigos. Además, Bizancio estaba atrapado en el conflicto entre Génova y Venecia, lo cual trajo la ruina para Bizancio. Así, los genoveses se fortificaron en Gálata, y se apoderarán de la isla de Quíos. En esta situación, Andrónico recurrirá a los extranjeros, lo que llevará a los almogávares a esta parte del mundo en 1303, con Roger de Flor al mando.

Estos ayudarán a la conquista de Filadelfia, haciéndolo cuando está asediada por los turcos, pero los catalanes terminarían arrasando Tracia tras el asesinato de Roger de Flor. Así, se pondría al frente de estos Carlos de Valois, heredero del imperio latino. Pero los almogávares arrasarán Tesalia y crearán el Ducado de Atenas en 1311.

También la dinastía Angelo abandonará el Epiro, y esta zona será conquitada por Nicolás de Orsini. En Tesalia el poder se dividirá entre los bizantinos y los catalanes.

Sociedad y economía

El s. XIV fue un período crítico para Bizancio por la conflictividad, por la Peste Negra… Así, aparecerá el bandidaje en los campos, arruinando al campesinado y dificultando la relación ciudad-campo.

Además, la aristocracia buscará más recursos, y la presión fiscal estatal aumentará, lo que llevará al abandono de las tierras por los campesinos. Así, las tierras quedarán para los nómadas ganaderos.

El aumento de los campesinos dependientes hará aumentar el fenómeno del patronato. Así, el campesinado libre será cada vez menor. Los parecos serán campesinos libres que mantienen los derechos sobre la tierra. También pagaban impuestos, pero si abandonaban la tierra deberían pagar al señor. Así, el campesinado quedaría ligado a la tierra, con una situación similar a los siervos. Este fenómeno se dio tanto en Bizancio como en los países eslavos.

La escasez de campesinos será la clave de la situación, lo que llevará incluso al robo de campesinos. Para evitar esto, las leyes sujetarán todavía más al campesino a la tierra.

Además, el campesinado asalariado estará en unas condiciones peores que la de los parecos, lo que les llevó a muchos a convertirse en bandidos.

La aristocracia cada vez sería más poderosa, y las ciudades estarán en un claro declive. Constantinopla no recuperaría su nivel poblacional anterior a la IV Cruzada. En 1453 tendría 36000 habitantes, mientras que en el s. XI habría algo así como 1000000 de habitantes. Además, la población urbana sería cada vez más xenófoba, sobretodo contra los latinos.

El comercio estará arruinado. La crisis demográfica y el sistema pronoiario impedirá la organización de un ejército nacional.

Las guerras civiles

El periodo de 1321 a 1328 estará protagonizado por la guerra civil entre Andrónico II y Andrónico III-Juan Cantacuceno. En este conflicto se involucrarían servios y búlgaros. Andrónico III construiría una armada y defendería Lesbos, pudiendo obtener el predominio marítimo. Así, pudieron mantener Focea, importante porque de aquí se obtendría el alambre, fuente de ingresos para el imperio. También se conquistaría Tesalia y el Epiro, pero esto se consigue con la ayuda búlgara y turca.

A la muerte de Andrónico III (1341), estallaría una nueva guerra civil entre Juan Cantacuceno y Juan V. Apareceran argumentos religiosos, y en este contexto se desarrollará la hesicasmia, difundida por Gregorio Palamas, que creía en el resugimiento de la vida, afianzada en el monasterio del monte Athos. Esto busca el quietismo para contactar con Dios, y será la ortodoxia tras el Concilio de 1351, lo que llevará a separar todavía más a las Iglesias latina y griega. Este conflicto estará animado por revueltas contra Juan Cantacuceno.

Las ciudades caerán en manos de los rigoristas, y Cantacuceno se apoyará en servios y una facción turca. Entra en 1341 y nombrará coemperador a Juan VI, casando a su hija con Juan V Paleólogo. En 1352 se entrará nuevamente en guerra por la ruptura entre Canatacuceno y Juan V, y tras diversos avatares saldría vencedor Juan V.

Los servios serían los más beneficiados de la crisis, al igual que los genoveses, quienes destruyeron la flota bizantina, y se apoderaron de Quíos en 1346. También los otomanos efectuarían conquistas, y en 1363 fundarán el beybelik de Rumelia. Además, las luchas entre Juan V y Andrónico IV y Manuel II favorecerán a los otomanos.

Juan V será incapaz de obtener ayuda de Occidente. No obstante, la Cruzada proyectada contra Bizancio en 1366 se atrasó debido al Cisma de Occidente.

Venecia y Génova estuvieron largo tiempo enfrentadas, algo que supieron explotar los otomanos convenientemente.

En 1399 Manuel II obtendría el envío de un pequeño ejército de Carlos VI, pero a los bizantinos les ayudó a sobrevivir la victoria de Tamerlán sobre los turcos.

Bizancio. Estado vasallo de los otomanos

A la muerte de Tamerlán, los turcos se recuperarán poco a poco, si bien estaban divididos y enfrentados entre ellos, algo que servirá para que Bizancio apoye a Mahmud I a luchar contra sus hermanos en 1413.

Entre 1421 y 1453 Murad II atacará Constantinopla y Tesalónica caería en 1430, mientras que el Imperio Bizantino se reduciría a la ciudad de Constantinopla.

En el Concilio de Ferrara se establecerá la unión de las dos iglesias, aunque entre 1431-33, los húngaros atacarán a los turcos en la última cruzada de ayuda a Bizancio, pero sucumbieron en la batalla de Varna (1444).

Entre 1446-48 el sultán vencerá a Hunyadi en la 2ª batalla de Kosovo, imponiendo un tributo a los vencidos.

El asedio y la caída de Constantinopla

Con Mehmet II los turcos deciden conquistar la ciudad de Constantinopla, para o cual la ponen bajo un férreo asedio bajo el gobierno de Constantino XI. Este asedio comienza en 1451, cayendo la ciudad el 29 de mayo de 1453. Es decir, que consiguieron resistir durante 3 años sin ayuda ninguna.

El último renacimiento bizantino. Mistra

Poco a poco, en el bajomedievo Bizancio renació recuperando la idea de Imperio universal, siendo romanos desde el año 1000.

Desde el s. XIII, el Imperio sólo es un fantasma de lo que fue, siendo para Occidente una comunidad de fe que desde 1054 se había separado de Occidente. Esta necesidad de identidad nacional viene dad por el avance de la amenaza turca.

En 1371 en Bulgaria prosperan numerosas escuelas como la de Tirnovo, donde se recuperan y almacenan saberes y documentos históricos.
En el s. XIV destacará en Bizancio la obra “Historia romana”, escrita por Nicéfro Gregoras, siendo el renacimiento bizantino una renovatio medieval. En 1261 recuperan la enseñanza e implantarán la Universidad de Constantinopla, de carácter laico y privado. Esta estaba bajo el mando del “gran logoteta”, donde se estudia filosofía, retórica, matemáticas, medicina…

Con Manuel II en la ciudad de Mistra se vivirá una época brillante, ya que el emperador vive allí, y destaca el filósofo Gemista Plethon, quien predica una filosofía práctica, que ayude al imperio.

Para el pueblo, el medio de a vuelta a ser romanos estaba ligado a la Iglesia, preservando su fe frente al enemigo invasor.

Relaciones con Occidente. El panorama religioso

En las relaciones con Occidente destaca Barlaam, quien en 1339 estableció que la separación entre Oriente y Occidente era una cuestión más política que religiosa. En el s. XII se dio una transformación en la Iglesia romana, lo cual no está bien visto por la Iglesia ortodoxa.

En 1271 Miguel VIII acudió al Concilio de Lyon, movimiento mal visto tanto por el clero como por el pueblo griego. Pero este movimiento se hizo para evitar un eventual ataque de Occidente, y si los atacaban otros pueblos pudieran recibir ayuda de Occidente.

En 1439 se planteará nuevamente la unión, pero no se hace efectiva hasta 1452, cuando Constantinopla estaba asediada, y además el pueblo no quería una unión de las Iglesias, fomentado por el rechazo a los latinos. Así, preferirían un dominio turco antes que uno occidental, ya que los turcos respetaban la Iglesia Ortodoxa.

La zona ortodoxa quedaría bajo dominio otomano desde el s. XV hasta finales del s. XIX.

Rusia, la heredera de Bizancio

El origen del poder político de Moscú viene del s. XII, aunque adquiere gran importancia con Daniel. Los moscovitas gracias a los tártaros conseguirán su mayor esplendor. La Horda de Oro acabará con todos sus enemigos, aunque pagarán un tributo para evitar la ocupación, siendo los moscovitas los que les recaudaban, y con el dinero que obtenían rescataban a prisioneros eslavos, y los colocaban en sus tierras en Moscú, siendo muy importante en el s. XIV la amenaza que sufrió el Principado por parte de Lituania, ducado que frenaba la expansión rusa hacia el oeste.

Desde 1375 tras la batalla de Donskoi, vencerán a los lituanos, y se convertirán en un país cuya tranmisión será hereditaria. Así, durante la época de Basilio I se liberarán del yugo tártaro.

Además, en esta época Tamerlán derrotará a Toktamys, por lo que tuvieron que volver a pagar un tributo.
Su sucesor Basilio II se enfrentará en 1439 al metropolitano Isidoro, separándose de este modo de la Iglesia de Constantinopla, y quedando Moscú como centro del mundo ortodoxo.

Con Iván III el principado se expandirá, enfrentándose a los alemanes, y en 1492 se casará con Sofía Paleólogo y luego con Helena. En 1503 vencerá a la Horda de Oro, y se nombrará Zar del Imperio Ruso, tomando el relevo del Imperio Bizantino, por lo que se convertiría en el Imperio de toda la ortodoxia.